sábado, 29 de enero de 2011

Un paso adelante, dos pasos atrás

Escribo estas líneas antes del -importantísimo- partido que enfrentará al Atlético y al Athletic en el Vicente Calderón, a modo de reflexión sobre la situación actual del club madrileño. Leer ahora la última entrada que publiqué aquí sobre los rojiblancos, tras la victoria por tres goles al Mallorca, es un duro ejercicio para cualquier hincha colchonero. ¿Qué pasa con este equipo? ¿Por qué vuelve a parecer que por cada paso adelante luego vienen dos atrás?

La segunda vuelta liguera no ha podido comenzar de peor manera posible para el Atlético, de forma totalmente opuesta a cómo empezó el curso el conjunto de Quique. En septiembre, con el título de la Supercopa de Europa recién conseguido ante el Inter de Milán, golearon al Sporting de Gijón, jugando además bien. Ganaron por cuatro goles a cero. Por cierto, de los goleadores de aquel día dos ya no forman parte de la plantilla -Jurado y Simao-. En la pasada jornada, y tras caer eliminados de la Copa del Rey ante el eterno rival, el Sporting ganó por la mínima en un partido -otra vez insufrible- en el que el Atlético sólo fue capaz de tirar entre los tres palos en el tiempo añadido.

¿Y la culpa de quién es?

Está claro que Quique y sus jugadores no pueden seguir dando 'una de cal y otra de arena'. Este equipo necesita líderes en el vestuario que impliquen a sus compañeros. Doloroso es ver la falta absoluta de reacción ante el Sporting y doloroso es ver cómo juegan ante el Real Madrid como si fuese un partido 'más' o, mejor dicho, un partido 'menos'. Ahora mismo, sin el Kun y sin Reyes este equipo no da miedo a nadie. Afortunadamente, los leones no cazarán tan fácilmente este domingo porque las dos estrellas estarán listas para el choque.

Sin embargo, sigo pensando que la culpa no es de un entrenador que con muy poco nos dio mucho o de unos jugadores que -salvo contadas excepciones- en cualquier otro equipo -salvo contadas excepciones también- lo harían bastante mejor.

La culpa es de los que, tras haber ganado un título y llegado a dos finales con 'lo justo', deciden empeorar en vez de mejorar. De esos que piensan que no es prioritario dar un salto de calidad o dar profundidad al banquillo o equilibrar la plantilla, porque si con tan poco han llegado tan lejos, es que algo sobra...

Hay que reconocerles que este verano hicieron dos inversiones fuertes -Godín y Filipe Luis- que aumentaban el nivel y que, desgraciadamente, no están dando los frutos esperados. Pero estamos hablando de defensas. Quizás, como decía un amigo mío, necesitábamos más a Pedro León que a Filipe Luis. El resto de fichajes fueron 'saldos' y recuperaciones; todos útiles pero ninguno llegó para marcar diferencias.


Lo mejor, sin duda, fue vender a Jurado por una oferta irrechazable (10 millones aproximadamente) y no fichar a un sustituto. Y todavía no lo han traído, ni lo van a traer -¡Elías ni juega en su posición ni se le parece!-. Ahora el Sevilla ha fichado a Rakitic, jugador de características similares aunque todavía más irregular, por una cantidad irrisoria. Rakitic -al que en algunos foros menosprecian diciendo que era el suplente de Jurado en el Schalke- hubiera sido una buena incorporación dado su precio -menos de 2 millones- y su edad -22 años- y, por supuesto, dado que era un jugador que sí podía llenar un vacío en el Atleti. Sin embargo, cuando sonaba para los madrileños, las cantidades que se manejaban eran distintas, bastante superiores. Y al final, el club no lo ficha porque no tiene dinero. Y después se traen de Brasil a otro jugador para otro puesto ya cubierto, ¡por 7 millones!. De verdad, tengo confianza en que Elías aporte algo, pero quién no me da ninguna confianza es la directiva capaz de perpetrar estos despropósitos. ¡Sí es que podían haber fichado a los dos sólo con el dinero que dejó Jurado! No sé qué pensar. Bueno, si lo sé, pero mejor no lo digo.

El traspaso de Juanfran -buen fichaje, en mi opinión- se cierra un mes después de haber dejado irse a Simao y de haberle 'regalado' al entrenador un hueco enorme imposible de tapar. Otros equipos pierden a un jugador un domingo y ya tienen sustituto el lunes. El Atleti no, ¿para qué, verdad?

Como colofón a todo esto, se supone que Cerezo y Gil Marín están enfadados entre ellos y que uno no pinta nada y el otro lo pinta todo. La prensa les ríe las gracias y aquí no pasa nada (¿a qué viene esa noticia, después de que Gil Marín afirmara haber negociado por los mejores y de que Cerezo jurase que no se había enterado de nada, de que el 'mejor gestor del año' se volvía a hacer cargo de la parcela deportiva? ¿Es que había estado alguna vez 'apartado'? ¿Y dónde está Pitarch? ¡Ah! Sigue en Brasil...).

La única solución que veo para esta temporada es que suceda un milagro y que se consigan unos números fantásticos en la segunda vuelta. O mejor, que se vayan los que se tienen que ir, aunque en el aspecto deportivo ya solucione poco este año.

La actualidad no espera; los leones vienen al Calderón. Gran partido entre la tormenta. El Atleti necesita los puntos y que el tiempo amaine. Ya toca ese paso adelante. Luego, a esperar algún milagro en vez de esos dos pasos atrás.


martes, 18 de enero de 2011

Un Atleti con nuevo 'look' no pierde el tren a Europa

Quique sorprendió con el dibujo táctico y con la alineación y el Atlético se impuso a un débil Mallorca por tres goles a cero. La victoria, necesaria para seguir en puestos europeos, fue justa pero abultada en una noche en la que no estaba el 'Kun' pero sí De Gea -que paró un penalti- y Reyes -que se echó el equipo a la espalda-. El Calderón además, vio debutar a los nuevos.


Es complicado tratar de analizar al Atlético de Madrid; ya lo dijo hace poco Pellegrini, es un equipo "indescifrable". Y más en un partido como el de anoche, en el que Quique arriesgó y ganó, demostrando -una vez más- que tiene personalidad y que, a día de hoy, es el mejor entrenador posible para los rojiblancos. De entrada, se cargó del once inicial a Filipe Luis, Domínguez y Diego Costa (que apuntaba a titular tras la lesión de Agüero). Inesperada fue también la decisión de dar la titularidad a Elías, sacrificando al recién fichado jugador de banda, Juanfran. Pero lo más sorprendente fue el dibujo con el que formaron los colchoneros: un 4-1-4-1 ó 4-3-3, con Valera, Ujfalusi, Godín y Antonio López en defensa, Assunçao inmediatamente por delante, Elías y Tiago flanqueándole un poco más arriba y Mérida y Reyes atacando más dentro que fuera, con Forlán en punta de ataque. Lo más destacable del planteamiento era la libertad absoluta que se le concedía a Reyes y la ausencia de juego exterior. Salió bien y el Atlético, a pesar de no imponerse nunca en el juego tan claramente como parece indicar el marcador final, sí controló el partido por momentos -lo que hacía mucho tiempo que no sucedía-. Es verdad que quizás esto se deba, más que a la influencia del dibujo táctico, a la presencia de Tiago y a lo 'blando' que se mostró el Mallorca -que, por otra parte, es un buen equipo capaz de combinar con acierto y crear juego-.


El caso es que el Atlético necesitaba ganar para no descolgarse de la lucha por puestos europeos y lo hizo con suficiencia. Valera -que acabó el partido como capitán- abrió la cuenta para los locales tras rematar un saque de esquina en el minuto 14. Después, el lateral haría un penalti -al tocar con la mano un balón dentro del área- que el árbitro, para variar, no vio (a pesar de esto y de lo que ocurrió en la segunda mitad, ni la actuación del colegiado ni la de Valera acabaron desquiciando a nadie). Forlán, tras ese penalti ignorado, remató a gol un buen pase de Fran Mérida. Minuto 33 y mucho premio para un Atleti que hasta ese momento sólo ha generado un par de ocasiones pero que tampoco ha sido agobiado por el Mallorca de Laudrup -que ya ha tenido que realizar un cambio obligado por la lesión de Víctor, dando entrada al 'Chori' Castro-. Nada más hasta el descanso.



En la reanudación, Quique sustituyó a Elías por Juanfran, volviendo al dibujo habitual, con Mérida más escorado a la izquierda y Reyes de segundo punta. Poco se puede decir del partido de Elías, salvo que no se complicó nunca, jugando la pelota siempre en corto. Juanfran, muy motivado y activo, se esforzó en demostrar en su debut ante su nueva hinchada que es un jugador válido y útil para este equipo. Corrió, luchó y se asoció con Reyes, timonel del ataque del Atleti en la segunda parte.










El Mallorca saltó al campo con mejor actitud y dispuso de ocasiones pero ninguna se materializó en gol. En el minuto 67, Antonio López cometió un penalti que esta vez sí pitó el colegiado. Expulsión justa del lateral, que se pierde el derbi. Antonio López no mejora a un despistado Filipe Luis; anoche llegó tarde casi siempre y perdió demasiados balones, siendo inexistente su aportación ofensiva. En ese momento, todos los atléticos se temían lo peor: penalti en contra, con uno menos y a falta de bastante tiempo para que finalizase el choque. No le faltaba razón a Laudrup cuando, en la rueda de prensa posterior, hablaba de lo que podía haber sido si... si De Gea no hubiera parado el penalti lanzado por Webó. De Gea repelió ese y todos los balones que pasaron cerca de su portería. 





Quique reaccionó a la expulsión dando entrada a Filipe Luis y sentando a Forlán, cuya ruptura con la mayoría de la afición ya es evidente. Pero el uruguayo está aquí para marcar goles, no para hacer amigos (y como anoche marcó, todos contentos). 


El Atleti se enfrentaba al tramo final del partido sin delanteros y Quique no daría entrada a Diego Costa hasta el minuto 85, en sustitución de Fran Mérida -que sigue prometiendo mucho a pesar de hacer más bien poco (ayer firmó su mejor actuación, con un pase de gol excelente, pero estuvo desaparecido gran parte del tiempo)-. El Mallorca no aprovechó la superioridad numérica y De Guzmán, incomprensiblemente, equilibró el partido en los minutos finales (86') al realizar una dura entrada a destiempo y ser expulsado con justicia. El tercer gol rojiblanco llegó tras una contra en la que Diego Costa cedió con clase el balón a Reyes y éste no perdonó, consiguiendo merecido premio a su buena noche.










De este modo finalizó un encuentro que le resultó más fácil de lo esperado al Atlético y que sirvió, fundamentalmente, para que el equipo se probase sin el 'Kun' Agüero -que no se recuperará de su lesión hasta la semana que viene- y cogiese confianza antes de enfrentarse al Real Madrid en el partido de vuelta de cuartos de final de la Copa del Rey, este jueves.


Para terminar, dos apuntes.

El primero: ¿por qué el Atlético ha fichado a Adrián (21 años, delantero del Deportivo) para el año que viene? ¿Tienen pensado 'colocar' a Diego Costa en verano? Parece que sí, porque también han fichado al central brasileño Miranda (26 años, jugó la temporada 2005/06 en el Sochaux francés y volvió a Brasil; dicen que es bueno...), Salvio debería regresar tras la cesión al Benfica y las cuentas de extracomunitarios no salen. Error tras error, la dirección deportiva no aprende ni tiene intención de hacerlo. Diego Costa es un jugador joven (22 años) con muchísima experiencia en la liga española (Celta, Albacete, Valladolid) y más que aprovechable. Probablemente tenga más calidad que Forlán (¡no estoy loco!), aunque le falten la frialdad y la inteligencia sobre el campo de las que hace gala el uruguayo. Por otra parte, ¿para qué fichar a Adrián teniendo a Borja? 

El segundo: por lo visto hay quien se empeña en dar publicidad a los cánticos violentos y a los violentos mismos. Rechazando ciertas actitudes que tan fácilmente hace aflorar el fútbol, yo prefiero quedarme, de cara al jueves, con un cántico que se entonó anoche, muy fuerte y durante mucho tiempo, y que decía algo de echarle valor al asunto...

¡Saludos!







viernes, 14 de enero de 2011

Real Madrid 3 - 1 Atlético de Madrid. Extraña justicia la del fútbol.


Partido emocionante y aburrido anoche en el Bernabéu. Emocionante para ambas aficiones; aburrido para los que gustan del buen fútbol. Marcó Forlán en el 7', empató Ramos en el 14' y ya en la segunda parte golearon Cristiano Ronaldo y Özil, en el 61' y en el 90'.

El Real Madrid fue muy superior al Atlético en la primera parte y pudo irse al descanso no con un empate, sino ganando -incluso con el partido sentenciado- si De Gea no hubiera estado tan acertado (en la segunda mitad generó más dudas). El Atlético dio la cara -parece ser éste el único consuelo que le queda a los rojiblancos en los últimos años tras los clásicos- y tuvo ocasiones para terminar el partido con más goles a su favor.

No quiero escudarme en la actuación del trencilla para justificar la derrota de los visitantes, ya digo que el Real Madrid jugó más y mejor. Sin embargo -quizás a modo de terapia personal- voy a destacar cuatro situaciones que pudieron cambiar el rumbo del encuentro: 

1. El gol de Forlán viene precedido de un claro penalti de Casillas sobre Agüero. En caso de penalti no puede haber ventaja posible y además el meta madridista debía ser expulsado. Pero se dio el gol a Forlán y, en el fondo, todos contentos. Me hace gracia que haya quien argumente que el Kun Agüero venía de fuera de juego. Si no estaba en línea, era por milímetros y ante la duda lo que se aconseja es que no se pite. Imposible de ver en directo era el fuera de juego, no el penalti. Igual de difícil de pitar que ese supuesto fuera de juego es la falta que hace Ramos al cabecear en la jugada de su gol (efectivamente tampoco fue pitada y no lo veo como un error).








2. En el segundo gol del Real Madrid, además de un gran despiste defensivo del Atleti, existe una falta previa de Marcelo al Kun. Muy clara.

3. Claro fue también el agarrón de Xabi Alonso a Reyes -¡a escasos metros del árbitro!- en una jugada de mucho peligro que Forlán no se atrevió a finalizar.

4. Cristiano Ronaldo realizó una entrada salvaje sobre Ujfalusi por la que sólo vio la tarjeta amarilla. Por una entrada similar a Messi, el checo fue expulsado y sancionado posteriormente con dos partidos, además de crucificado por la prensa. Los periódicos deportivos tenían hoy una oportunidad de oro para publicar la foto de la acción en portada y pedir que se proteja a todos los futbolistas.





El árbitro, en su afán por no para el juego, obvió faltas de los jugadores atléticos a los madridistas, pero en ningún caso se trató de situaciones tan graves. Ciertamente, el nivel del arbitraje es pésimo y, quiera o no Mourinho, cuando se trata de favorecer se favorece a los más grandes. A los dos más grandes, concretamente. Solo que unos lloran y otros no.

Alguno pensará que yo, al escribir esto, estoy llorando también. Quizás llorar al perder contra el eterno rival me resulte inevitable, y realmente no es mi intención dar a entender que con una actuación arbitral distinta el Atleti hubiese ganado. Lo que es cierto es que este partido, jugando once contra once, los rojiblancos lo han perdido porque el rival fue mejor y más listo, porque ellos no quisieron la pelota y porque se cometieron, de nuevo, errores defensivos importantes. En los tres goles blancos, pero en el segundo y en el tercero de manera más que evidente. El último es producto de un cúmulo de infortunios por parte de la zaga que duele especialmente al suceder en los minutos finales y en el segundo, ¿cómo es posible que dos jugadores del Real Madrid -Cristiano y Kaká- lleguen a rematar tan fácilmente un balón completamente solos?



Quique entregó la titularidad de la banda derecha a Juanfran, algo totalmente necesario y que se demostró acertado, por las buenas sensaciones que transmitió el recién llegado. En mi opinión, y dado que pocos revulsivos tiene el equipo -en realidad ninguno (¡gran gestión deportiva!)- también fue inteligente en los dos primeros cambios -ya en la segunda parte, Mario Suárez entró por Raúl García y Fran Mérida por Diego Forlán- a pesar de que no dieran el fruto esperado -se constató una vez más que Fran Mérida no es Jurado (¡gran gestión deportiva!)-. No pudo controlar el Atleti el encuentro en ningún momento aunque sí asustó al conjunto blanco. Se espera con ansia la recuperación de Tiago y ver qué puede ofrecer el fichaje brasileño de invierno, Elías -por fin con sus papeles en regla (¡gran gestión deportiva!)-, a ese mediocampo atlético superpoblado pero con escasa personalidad.

En el Real Madrid destacó Di María que, a este paso, se va a convertir en la verdadera figura del equipo. Marcelo, ofensivamente, es temible. Cristiano sigue a lo suyo y Benzema sigue a lo suyo también (verle morderse las uñas tras la reanudación, como si estuviera en el sofá de su casa, no tiene precio). Ramos marcó un gol pero se le cruzan los cables más que a Pepe, Khedira está pero no está... En fin, lo de siempre.

El jueves que viene, la vuelta. Los colchoneros lo tienen difícil, no imposible. Y el Calderón apretará. 


jueves, 13 de enero de 2011

Sobre premios individuales y ridículos colectivos. Imagen lamentable del Atlético frente al Hércules.


Ayer Messi se llevó el Balón de Oro. Mejor para él. En el fútbol lo que importa son las victorias en el campo; cualquier jugador preferiría ganar una Champions, un Mundial o una Eurocopa antes que un Balón de Oro. Forlán fue el MVP de este último mundial -por cierto, ¿por qué él no estaba en el once ideal elaborado por la FIFA?- y seguro que valora más el cuarto puesto logrado por su selección o la Europa League conseguida con su club. O eso quiero creer yo.


Ayer también, el Atlético hizo un ridículo espantoso en el Rico Pérez que ni Messi -ni Forlán de inicio- hubiera evitado. El Hércules, con buen juego y tremenda efectividad, pasó por encima de un equipo demasiadas veces indigno de ser el tercer club más importante de la auto-denominada mejor liga del mundo. Resultado final 4 a 1. Al descanso ya habían marcado Tote, Valdez, Thomert y Trezeguet para el conjunto alicantino. En el 89’ Reyes marcaba para los visitantes. Poco después, Quique Sánchez Flores pedía disculpas por la "grosera" imagen de su equipo.

A muchos les dolerá especialmente que fuera el peor partido de la línea defensiva de la temporada justo el día en que se caía del once Perea. Menos mal que no jugó, porque entonces las críticas se dirigirían casi en exclusiva al colombiano, evitando así preguntarse cómo y porqué ha perdido el Atlético de esta manera. Domínguez y De Gea, héroes de la afición, y Filipe Luis y Godín, fichajes estrella, fallaron estrepitosamente. En realidad, todo falló. Y el problema es que el Atlético no tiene, ahora mismo, categoría para controlar los partidos. El equipo se agazapa y espera a que el rival se equivoque o a que Agüero cree una oportunidad de la nada o de una jugada de Reyes. Es lógico entonces que, cuando la defensa falle y el rival juegue bien, la capacidad de reacción de los rojiblancos sea bastante limitada.


La única lectura positiva que podría hacer el hincha colchonero es que, de cara al próximo y esperado choque copero, el Real Madrid puede confiarse en exceso ante un equipo que demasiadas veces parece mediocre pero que tiene jugadores capaces ellos solos de resolver encuentros.

Y a todo esto, los papeles de Elías sin llegar, el fichaje de Juanfran sin cerrarse... Por cierto, Gil Marín fue elegido hace pocos días mejor gestor del año. Pues eso, que de premios y reconocimientos fuera de los terrenos de juego mejor no hablamos (por lo menos Messi sí es el mejor jugador del mundo, aunque a muchos no nos parezca acertado premiarle por esta última temporada antes que a Iniesta o a Xavi).