martes, 15 de febrero de 2011

Adiós Europa, adiós copa, adiós liga... otra vez. ¿Adiós 'dueños', por fin?


El pasado sábado los seguidores del Atlético de Madrid dijeron adiós a muchas ilusiones y esperanzas tras la derrota ante el Valencia. La grada del Vicente Calderón dirigió gritos e insultos hacia el palco y los aficionados defendieron tan vehementemente a su entrenador como él les defiende a ellos. Lo que más se escuchó fue: "¡Gil, cabrón, fuera del Calderón!". 

El domingo repasé el Marca (edición impresa) en busca de informaciones relativas al enfado de la hinchada y sólo encontré alusiones indirectas. Tan indirectas como esta surrealista crónica que se resiste a contar lo que ocurrió en el estadio pero que en realidad dice mucho.


Pido perdón por adelantado a Alberto R. Barbero, autor del texto, porque mi intención no es criticarle a él sino reflexionar sobre su crónica y a partir de ella (aunque no creo que él lea esto ni por casualidad). Alberto R. Barbero es un periodista que se gana la vida escribiendo y yo un simple aficionado con ganas de escribir. 

No voy a entrar a discutir si el problema del Atleti son Quique y Tiago y si la solución pasa por Raúl García y Gil Marín; es algo que no merece discusión. Por otra parte, estoy de acuerdo en que Quique no debería "incluir cinco pivotes de características similares en la convocatoria, de manera que hasta tres de ellos se quedan en el banquillo limitando la búsqueda de alternativas"; lástima que la dirección deportiva no le haya facilitado ni pivotes distintos ni alternativas reales al 'Kun', a Reyes y a Forlán (que disputaron todo el encuentro). Tampoco voy a hacer hincapié en la información que se presupone a una crónica y que aquí brilla por su ausencia; no me importa que sea un artículo de opinión 'disfrazado'.

Lo que sí me parece grave es que nadie en Marca crea que es importante resaltar la opinión de la afición. ¡Qué lástima que esta vez el árbitro no recogiera en el acta los gritos de la hinchada!

Lo que me parece igualmente grave es que Alberto R. Barbero defienda a Gil Marín -que, por cierto, no va al palco desde hace años- sin explicar quién (y porqué) le ha atacado, omitiendo en su crónica datos fundamentales de lo sucedido durante el encuentro.

Lo que es absolutamente esperpéntico es que el periodista indique y resalte como 'anécdota' que la afición visitante dedicó sarcásticamente cánticos de apoyo al entrenador local y que no escriba sobre los otros cánticos de los de casa, nada irónicos, en apoyo de su técnico.

Lo que carece de todo sentido y de lógica es mofarse de una iniciativa opositora a la actual directiva sin aportar ningún dato, ningún nombre, ninguna explicación. Por cierto, podéis leer en el siguiente enlace de qué va el tema y firmar el manifiesto si es que os convence (seáis o no abonados, seáis o no del Atlético): Atléticos por el cambio.

No voy a seguir dándole vueltas a esta crónica; ya sabemos cómo se las gasta Marca con la información del Atleti (no en vano, últimamente vende películas de Pajares y Esteso cuyos derechos pertenecen a Enrique Cerezo). Os dejo un artículo imprescindible de un periodista ejemplar, Rubén Uría, sobre Marca, Eduardo Inda y el Atlético de Madrid: Una de pruebas.

Por supuesto otros sí han dado importancia a lo que ocurrió el sábado. Por ejemplo, Iñako Díaz-Guerra en su columna de As: Y la afición dirigió su ira al palco.

Yo lo tengo claro. La culpa de que el Atlético de Madrid del 'gilismo' no sea, ni de lejos, el tercer club de España no es de Quique ni de Tiago. Ni siquiera de Perea. Ni de los malos rollos entre los integrantes de la plantilla. Quique, tan denostado por varios periodistas y, ciertamente, cuestionable en muchos aspectos, nos dio, en un año que olía a descenso, dos finales y dos títulos. Él, Agüero, Reyes y Forlán. No nos confundamos.

Algunos se escudan en que las críticas llegan sólo cuando el equipo pierde. Evidentemente, esto es fútbol y ser colchonero no equivale a ser masoquista (como a veces parecen hacernos creer). Si el Atleti ganase, sus aficionados, en general, estarían contentísimos y con pocas ganas de quejarse. Si ganase... entonces, con mayor motivo, tendría que ser la prensa la que denunciase los excesos y las vergüenzas cometidas por los dirigentes. En cualquier caso, el Atlético de Madrid lleva mucho tiempo sin ser un equipo 'ganador', a pesar de la maravillosa excepción del año pasado.

Por último, os dejo un rap. Escuchadlo bien porque es interesantísimo.




DILES QUE SE VAYAN. Ojalá ahora, que por desgracia hemos entonado el adiós a las máximas aspiraciones deportivas, podamos despedir a los verdaderos culpables. 'Dueños' legales dado que su delito prescribió; nunca dueños legítimos. ¡Adiós 'dueños'!

martes, 8 de febrero de 2011

Asenjo, Torres y el Atleti


Sergio Asenjo se ha vuelto a lesionar de gravedad. Del Málaga, a Malagón. El guardameta del Atlético de Madrid cedido en el mercado invernal al equipo andaluz se perderá -otra vez- lo que resta de temporada y el inicio de la siguiente. Es joven (21 años) pero cuando vuelva a los terrenos de juego habrá pasado en la elite casi más tiempo lesionado que bajo palos. Hace dos temporadas era evidente para la mayoría de analistas, aficionados y expertos que Asenjo estaba destinado a ser el sucesor de Casillas; sus comienzos titubeantes en un mal Atlético, la escasa paciencia de la afición colchonera y un chico alto y espigado fueron los motivos por los que el palentino pasó a un segundo plano. Ahora es el chico alto y espigado, De Gea, un portero extraordinario -todavía más joven (20 años)- quien ostenta el 'título' de sucesor de Casillas. No conviene escribir mucho más sobre ello porque, como demuestra lo que le ha ocurrido a Asenjo, en este mundo las cosas pueden cambiar drásticamente de la noche a la mañana. Y, además, Casillas aún no necesita un sucesor. 


Ojalá Sergio Asenjo se recupere perfectamente -esta vez sí- y pueda demostrar sus capacidades -que son muchas- en Primera División, dando tanto o más de qué hablar como cuando defendía el escudo del Valladolid e interceptaba balones imposibles. Pero desde luego, el fútbol a veces es terriblemente injusto y con él se ha cebado.

Cambio de tema: Fernando Torres se ha convertido en el fichaje español más caro de la historia. Dejando atrás el Liverpool, ha emigrado a un Chelsea tan hambriento de títulos como él. Aunque a nivel individual Torres está haciendo unos registros excelentes en la Premier League, todavía no ha alcanzado ningún título de club -motivo principal por el que se fue del Atlético de Madrid-. De cara a conseguir alguno, el Chelsea -vigente campeón de la Premier- es, ahora mismo, una opción mucho más segura que el Liverpool, pero no olvidemos que el Liverpool también lo era en relación al Atlético cuando el 'Niño' se fue, y ya sabemos qué ha pasado. 

Paradojas de la vida, Torres debutó con el Chelsea frente al Liverpool y no pudo evitar la victoria de su ex-equipo. Su discreta actuación fue objeto de numerosas críticas en los medios británicos. Habrá que ver si pueden convivir en el mismo once Drogba, Anelka y Torres o si Ancelotti tiene que mover fichas para explotar el talento de Fernando.


Grande ha sido la polémica y grande ha sido la indignación de los aficionados del Liverpool ante la decisión de Torres. Para los que no son hinchas de los 'reds', la decisión es fácil de entender (¿quién no quiere crecer como jugador en un equipo que puede ofrecerle títulos? ¿quién no quiere mejorar su contrato?). Además, tampoco nadie en Liverpool se rasgó las vestiduras cuando el delantero llegó a Inglaterra procedente del club de toda su vida y de sus amores. 

Sin embargo, no veo bien ni las formas del 'Niño' al irse, ni el momento escogido para hacerlo. No soy ningún romántico del fútbol (o por lo menos intento no serlo), pero se ha echado en falta un comunicado del jugador hacia la que era su afición, algún gesto o detalle. Peor todavía me parece, siendo como es una de las (pocas) figuras de la plantilla, irse en el mercado invernal, sobre todo cuando el equipo está atravesando un momento muy delicado y el club hace esfuerzos por rodearte de jugadores de nivel (reciente adquisición de Luis Suárez). ¿No podía aplazar la decisión hasta verano? ¿No hubiera sido eso más lógico?

El que no se ha ido este invierno -y aprovecho para cambiar de tema- es el 'Kun' Agüero, aunque tampoco parece que vaya a seguir mucho más tiempo en el Atlético (así son siempre las cosas aquí). Hasta junio faltan unos meses pero tendremos que rezar mucho, primero para que no se vaya y después para que en caso de irse, su destino no sea el eterno rival (único 'consuelo' posible). Y, hablando de consuelos y del eterno rival, la derrota por tres goles a cero ante el Barça en la última jornada no sentó tan mal (a la mayoría de atléticos) precisamente porque no favorecía los intereses blancos -y porque este Barça es insuperable, y porque jugó el indiscutible mejor jugador del mundo y marcó todos los tantos-. 


Bueno, quien no se consuela es porque no quiere, pero será difícil buscar excusas la siguiente jornada contra el Valencia en el Vicente Calderón. El Atleti está obligado a ganar -ya son demasiados 'pasos atrás'- y a no descolgarse definitivamente. Yo espero que ganemos pero también espero que haya críticas por parte de la hinchada y que esas críticas se dirijan a los culpables, a los de arriba. ¡Que se vayan!

Por cierto, últimamente han circulado en algunas radios y en internet informaciones sobre un anuncio relativo a la posible compra del club por parte de una plataforma opositora que se produciría uno de estos días. Esperamos atentos...