viernes, 14 de enero de 2011

Real Madrid 3 - 1 Atlético de Madrid. Extraña justicia la del fútbol.


Partido emocionante y aburrido anoche en el Bernabéu. Emocionante para ambas aficiones; aburrido para los que gustan del buen fútbol. Marcó Forlán en el 7', empató Ramos en el 14' y ya en la segunda parte golearon Cristiano Ronaldo y Özil, en el 61' y en el 90'.

El Real Madrid fue muy superior al Atlético en la primera parte y pudo irse al descanso no con un empate, sino ganando -incluso con el partido sentenciado- si De Gea no hubiera estado tan acertado (en la segunda mitad generó más dudas). El Atlético dio la cara -parece ser éste el único consuelo que le queda a los rojiblancos en los últimos años tras los clásicos- y tuvo ocasiones para terminar el partido con más goles a su favor.

No quiero escudarme en la actuación del trencilla para justificar la derrota de los visitantes, ya digo que el Real Madrid jugó más y mejor. Sin embargo -quizás a modo de terapia personal- voy a destacar cuatro situaciones que pudieron cambiar el rumbo del encuentro: 

1. El gol de Forlán viene precedido de un claro penalti de Casillas sobre Agüero. En caso de penalti no puede haber ventaja posible y además el meta madridista debía ser expulsado. Pero se dio el gol a Forlán y, en el fondo, todos contentos. Me hace gracia que haya quien argumente que el Kun Agüero venía de fuera de juego. Si no estaba en línea, era por milímetros y ante la duda lo que se aconseja es que no se pite. Imposible de ver en directo era el fuera de juego, no el penalti. Igual de difícil de pitar que ese supuesto fuera de juego es la falta que hace Ramos al cabecear en la jugada de su gol (efectivamente tampoco fue pitada y no lo veo como un error).








2. En el segundo gol del Real Madrid, además de un gran despiste defensivo del Atleti, existe una falta previa de Marcelo al Kun. Muy clara.

3. Claro fue también el agarrón de Xabi Alonso a Reyes -¡a escasos metros del árbitro!- en una jugada de mucho peligro que Forlán no se atrevió a finalizar.

4. Cristiano Ronaldo realizó una entrada salvaje sobre Ujfalusi por la que sólo vio la tarjeta amarilla. Por una entrada similar a Messi, el checo fue expulsado y sancionado posteriormente con dos partidos, además de crucificado por la prensa. Los periódicos deportivos tenían hoy una oportunidad de oro para publicar la foto de la acción en portada y pedir que se proteja a todos los futbolistas.





El árbitro, en su afán por no para el juego, obvió faltas de los jugadores atléticos a los madridistas, pero en ningún caso se trató de situaciones tan graves. Ciertamente, el nivel del arbitraje es pésimo y, quiera o no Mourinho, cuando se trata de favorecer se favorece a los más grandes. A los dos más grandes, concretamente. Solo que unos lloran y otros no.

Alguno pensará que yo, al escribir esto, estoy llorando también. Quizás llorar al perder contra el eterno rival me resulte inevitable, y realmente no es mi intención dar a entender que con una actuación arbitral distinta el Atleti hubiese ganado. Lo que es cierto es que este partido, jugando once contra once, los rojiblancos lo han perdido porque el rival fue mejor y más listo, porque ellos no quisieron la pelota y porque se cometieron, de nuevo, errores defensivos importantes. En los tres goles blancos, pero en el segundo y en el tercero de manera más que evidente. El último es producto de un cúmulo de infortunios por parte de la zaga que duele especialmente al suceder en los minutos finales y en el segundo, ¿cómo es posible que dos jugadores del Real Madrid -Cristiano y Kaká- lleguen a rematar tan fácilmente un balón completamente solos?



Quique entregó la titularidad de la banda derecha a Juanfran, algo totalmente necesario y que se demostró acertado, por las buenas sensaciones que transmitió el recién llegado. En mi opinión, y dado que pocos revulsivos tiene el equipo -en realidad ninguno (¡gran gestión deportiva!)- también fue inteligente en los dos primeros cambios -ya en la segunda parte, Mario Suárez entró por Raúl García y Fran Mérida por Diego Forlán- a pesar de que no dieran el fruto esperado -se constató una vez más que Fran Mérida no es Jurado (¡gran gestión deportiva!)-. No pudo controlar el Atleti el encuentro en ningún momento aunque sí asustó al conjunto blanco. Se espera con ansia la recuperación de Tiago y ver qué puede ofrecer el fichaje brasileño de invierno, Elías -por fin con sus papeles en regla (¡gran gestión deportiva!)-, a ese mediocampo atlético superpoblado pero con escasa personalidad.

En el Real Madrid destacó Di María que, a este paso, se va a convertir en la verdadera figura del equipo. Marcelo, ofensivamente, es temible. Cristiano sigue a lo suyo y Benzema sigue a lo suyo también (verle morderse las uñas tras la reanudación, como si estuviera en el sofá de su casa, no tiene precio). Ramos marcó un gol pero se le cruzan los cables más que a Pepe, Khedira está pero no está... En fin, lo de siempre.

El jueves que viene, la vuelta. Los colchoneros lo tienen difícil, no imposible. Y el Calderón apretará. 


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